Llegada a este lugar ( Meredith)

Hacía ya algún tiempo que me habían comentado que tendría que cambiarme de colegio, que tendría que venirme aquí. ¿pero es que acaso yo no podía opinar sobre mi futuro? A mi nadie me había preguntado acaso si yo quería venir aquí o no, y la respuesta obviamente era no. me gustaba mi anterior colegio, ya tenía todo mi circulo seleccionado y ahora tenía que empezar de nuevo, conocer gente nueva y tan solo para dos años. Lo único bueno que tenía este lugar era que mis hermanos, Elizabeth y Mark estaban aquí conmigo y que ahora podría verlos siempre que quisiese.

Los seis siempre habíamos estado muy unidos a pesar de que las chicas íbamos a un colegio y los chicos a otro. Al fin y al cabo nos veíamos en vacaciones y siempre sacabamos algún tiempo para estar juntos y pasar un buen rato. Ambas familias nos conocíamos desde niños, y claro estaba que eso debía de influir algo, ¿ no?

Tan solo llevaba unos pocos días aquí y sin embargo sentía que jamas me amoldaría a esto. la gente aquí era chillona, poco ordenada y encima para colmo había sangre sucias. A decir verdad no es que yo tuviese nada en contra de ellos realmente, pero en mi familia siempre me habían infundido un odio sobre ellos, sobre todo mis hermanos, y yo adoraba a mis hermanos, asi que supongo que simplemente los odiaba por herencia.

Mire hacia un lado y hacia otro mientras me apollaba en la pared y miraba detenidamente a los niños de primer curso. Oh por dios, eran tan ridículos y se creían tan importantes. En sus pequeñas y odiosas cabecitas se creían que llegarían a ser alguien en su vida, que ilusos. La mayoría de ellos ni siquiera llegarían a lo mas bajo con lo que soñaban, eran tan patéticos. Me quede en silencio examinando a todo el mundo a mi alrededor mientras me quedaba sumida en mis pensamientos.

Hacía pocos días que había llegado a Hogwarts, añoraba Beauxbatons pero muchas de mis amigas tambien se habían trasladado aqui, así que no me sentia sola. A parte de eso, en Gryffindor me habían acogido muy bien, allí me siento querida y protegida, no como en Beauxbatons, donde muchos se metían conmigo por que mi sangre no era del todo pura, aunque aprendi a vivir con eso, ya que realmente me daba bastante igual. Pero, lo que me preguntaba y todabía me pregunto, es ¿que mas da la pureza de la sangre si, finalmente, todos somos magos? Pero claro, allí nadie pensaba igual.

En cambio, en Hogwarts me había encontrado con la sorpresa de que no muchos pensaban así, y que tambien había muchos alumnos de sangre mestiza. Pero, como en todas partes, siempre hay excepciones, y en Hogwarts la excepción era Slytherin. Según me habían contado mis compañeros de Gryffindor, en Slytherin todos apoyaban la pureza de sangre.

Me encontraba en la entrada de Hogwarts, apoyada en la pared mientras los niños de primero pasaban alegremente por mi lado. Algunos parecian estar nerviosos, algo que no me extrañaba ya que era su primer año aqui, al igual que yo y seguro que todo le parecia extraño o asombroso. Cogi mis cosas y me dirigi al Gran Salón, pero al bajar tropece con un libro que alguien había dejado tirado cai por ellas torpemente. Al levantarme me encontre con la mirada de una chica, que por su uniforme supe que era Slytheri.
-Hola-le dije timidamente, mientras recogia mis cosas, que se encontraban tiradas por el suelo.

Una voz y un ruido me saco de mi pensamientos, era una voz vacilante, una voz tímida, que parecía no muy segura de si tener que hablarme o no. Levante la mirada hacia la dueña de esa fragil voz, aunque estaba segura que ya la conocía. Era Meredith, una chica de mi antigua escuela, una chica de sangre mestiza, una chica que ahora iba a Gryffindor, en definitiva, una chica a la que se suponía que yo debía odiar, y por el contrario no odiaba. Tampoco era mi mejor amiga claramente, pero era una chica que no me caía del todo mal.

Todo empezo hacía algun que otro año, muchas de mis amigas y otras que aspiraban a serlo solían meterse con ella por la poca pureza de su sangre, de hecho yo tambien lo había hecho alguna vez, pero cuando un día me sente y la conoci, me pareci agradable. Ella era completamente diferente a lo que yo era, y quizás eso era lo que había llamado mi atención mayormente.

Mire hacia los lados, pues nadie podía verme hablando con ella. Fulmine con la mirada a algunas personas que observaban mi reacción, y finalmente, cuando me cerciore que no había nadie que nos estuviese observando medio sonrei y mire como recogia sus cosas, si hubiesemos estado sola quizas le hubiese ayudado, pero no era el caso. Hola le dije medio volviendo a sonreir ¿ que tal en este nuevo colegio? le pregunte con un tono de voz bastante amable para el que solia usar de habitual