Casting de Jhon Ryan

1- Quiero pedir a Jhon {Cirian, en caso de que me lo den} Ryan.
El motivo...veamos. Adoro, de verdad, a los personajes como Jhon. Ese aire de rebeldía, con su toque fiestero y que todos saben que sin él, una fiesta no sería lo mismo, pero a la vez, con la seriedad necesaria para saber cuando detenerse. No sé, tienen un algo que me encanta. Aparte, la propia historia de Jhon me gusta. Su padre asesinado por un mortífago puede darme mucho juego a la hora de rolear, meterme en líos con algún Slytherin, o simplemente recordar partes sueltas de su pasado. Digamos que me sentiría a gusto con el personaje, y bueno, por intentarlo no pierdo nada xD

Rol
Resoplé con irritación antes de tirarme en el sofá de la Sala Común. Castigado por lanzarle un maleficio a un Slytherin. ¡Deberían darme las gracias por bajarles los humos! Ah, qué más da. Había merecido la pena. Incluso esos puntos perdidos. No importaba, podía recuperarlos más adelante. El punto aquí era que no iba a consentir que una serpiente fuera por el castillo pregonando su superioridad ante los hijos de muggles, y mucho menos teniendo en cuenta toda la guerra - estúpida guerra, todo sea dicho - que estaba desarrollandose fuera y dentro de Hogwarts. Con una media sonrisa recordé el bonito aspecto que presentaba el Slytherin con pústulas por toda la cara. "Pero profesora" había alegado yo, con mi mejor sonrisa de niño bueno, "si así parece incluso más guapo. ¿Acaso no lo ve? Le he hecho un favor. A él y a sus compañeros. No tenemos porqué verle la cara. ¡Todos ganamos!" Al parecer ella no compartía mi opinión, y tras darme una charla sobre la forma de comportarse, el compañerismo y no-sé-qué-más-cosas-por-que-no-le-estaba-haciendo-ni-caso, me mandó a mi Sala Común.

Aún así, no pude contener la risa nada más alejarme unos pasos de la profesora. Había sacudido la cabeza con incredulidad antes de meter las manos en los bolsillos de la túnica. Tenía que entenderlo. Era un Gryffindor, nuestra naturaleza nos impulsaba a molestar a las serpientes. Y yo...yo tenía motivos personales. Hice un gesto con la varita y un bote de tinta comenzó a flotar por el aire. Durante un rato me limité a observarlo mientras recorría la Sala Común y amenazaba con tirar su contenido encima de algunos estudiantes. Mi mente estaba lejos de ahí, se había remontado a muchos años atrás, cuando mi padre fue asesinado por un mortífago. El simple recuerdo me hizo apretar con fuerza la varita y el bote aterrizó en la cabeza de Harry, que acababa de entrar. Parpadeé, regresando a la realidad, y le dirigí una sonrisa de disculpa. Era sabido que cuando me perdía en mis pensamientos no era consciente de lo que sucedía a mi alrededor.

Me puse en pie de un salto mientras metía la varita en la orilla del pantalón. Con la mejor de mis miradas de cachorrito abandonado le pasé un brazo por los hombros a mi nuevo amigo.- Vaya, Harry, te noto algo mojado hoy. ¿Te ha pillado Peeves por el camino?-bromeé sin poder evitarlo ganándome una mirada asesina de su parte. Me limité a darle un golpecito amistoso en el brazo, con una sonrisa que indicaba claramente mis intenciones.- ¿Sabes cual es la forma perfecta de desestresarte y quitarte ese nubarrón negro de encima?-la referencia a la tinta que tenía ahora en el pelo me granjeó otra mirada que, de haber sido una varita, ya estaría muerto. Volví a sonreír, animándome por segundos. Teóricamente no podía salir de la Sala Común. Pero, ¿quién me prohibía traer la diversión?-¡Exactamente, mi buen amigo! ¡Lo has adivinado! ¡Una fiesta! ¡Aquí y ahora! ¿No es genial? Sí, lo sé, lo sé. Tengo ideas increíbles. Ahora ayúdame a organizarla.-y sin darle tiempo a agregar nada más le arrastré hacia la habitación. Ah, cómo adoraba este castillo.